A los sociólogos y las sociólogas les gusta saber lo que realmente sucede, lo que hay tras las apariencias, y por eso estudian casi cada aspecto de la vida social. Nada hay demasiado sagrado ni demasiado profano para evitar el escrutinio de quien ejerce la sociología. Y si rompes esa superficie de las apariencias, si ves lo que hay detrás de las máscaras que los individuos y las organizaciones llevan puestas, encontrarás en muchas ocasiones que la realidad no se parece en nada a lo que se muestra para su exposición al público.
Este cambio de punto de vista es, sin embargo, peligroso. Una vez contemplada la vida desde esta nueva perspectiva es casi imposible volver a la mirada complaciente y satisfecha que se tenía antes. La vieja, familiar y cómoda manera de ver las cosas se ha roto. Esto, por supuesto, es parte de lo que hace interesante a la sociología.
James H. Henslin sobre Invitation to Sociology, de Peter Berger