Discusión sobre sistemas urbanos policéntricos. El caso de Galicia.

Galicia es una Comunidad Autónoma (CC.AA) situada en el noroeste del Estado Español. Con cerca de tres millones de habitantes, cuenta con un sistema policéntrico de ciudades en contraposición al modelo céntrico existente en otras Comunidades Autónomas como Cataluña, Madrid o Valencia donde una sola ciudad se erige como centro el sistema urbano. En concreto, existen en Galicia siete ciudades como son A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra (estas cuatro a su vez capitales de provincia) y Vigo, Ferrol y Santiago de Compostela (Esta última capital de la CC.AA). De entre todas ellas, Vigo y A Coruña son las de mayor importancia en términos de población con más de 250 mil habitantes. Cada una de ellas ejerce, a su vez, de centro de un sistema subregional situado al norte y sur de la CC.AA.

En este contexto, me gustaría hacer una descripción del modelo territorial y sus posibles modificaciones. Tarea para la cuál tomaré como referencia el trabajo de Andrés Precedo, geógrafo y académico que posiblemente más ha influído en la concepcion del modelo territorial de Galicia en, por ejemplo, el diseño de su comarcalización. En concreto, tomaré como referencia uno de los artículos que el propio Precedo publica el 20 de abril de 2015 en un conocido período regional bajo el título de Una gran ciudad para la Galicia del siglo XXI” y en el que de forma sintética expone buena parte de los principios sobre los que se asienta su perspectiva del territorio.

En este artículo, el catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela habla de que “Galicia necesita consolidar un polo económico de competitividad suficientemente fuerte y dimensionado para competir con otros polos metropolitanos que se están planificando en otros países europeos”, apoyando así lo sostenido por informes recientes elaborados por Think Tank Metropolitano de Galicia. Precedo, sin embargo, llama la atención sobre la “difícil viabilidad más allá de una idea” de algunos de los modelos que están actualmente sobre la mesa y que contemplan la creación de una gran ciudad única que aglutine la totalidad de ciudades de la CC.AA, como es el proyecto de “El Corredor Metropolitano del Eje Atlántico”. Su implantación territorial y su sentido identitario sería, afirma, “excesivamente complejo y difuso”. Por el contrario, Precedo habla de la posibilidad de retomar la idea de regiones urbanas incluidas en las directrices de ordenación del territorio de Galicia y que ya antes habían sido objeto de numerosos estudios. Dicho modelo se centraría, en primer lugar, en la constitución de la “Ciudad Ártabra”, es decir, el espacio que cubre las dos ciudades más al norte, A Coruña y Ferrol; como forma de crear “esa gran ciudad a la que el galleguismo histórico siempre aspiró y en el cuál muchos de nosotros hace tiempo creemos”. En otras palabras, la apuesta del geógrafo gallego estaría encaminada hacia un modelo centrípeto donde un área urbana más o menos compacta ejercería de centro del conjunto de la Comunidad Autónoma, configurándose así como “una plataforma económica y un entorno natural muy valioso susceptibles de sostener esa gran ciudad que nuestra región necesita”.

Los motivos que le llevan a defender este modelo son, por un lado, los [1] “fuertes vínculos funcionales de las comarcas que componen en eje A Coruña-Ferrol, es decir, Bergantiños (Carballo), A Coruña, Betanzos, Eume (As Pontes) y Ferrolterra”. Por otro lado, porque dicha área [2] “aporta casi la mitad del VAB de Galicia (47,9 %), y el 38 % del empleo, con una [3] población que supera los 700.000 habitantes, [4] y concentra importantes sedes corporativas (Inditex, Zara, Pull &Bear, Estrella Galicia, Abanca, La Voz de Galicia, R Comunicaciones, Navantia, etcétera), la principal concentración de empresas TIC y el mayor polo de producción energética de España (Repsol, Reganosa, Gas Natural-Fenosa, Endesa), [5] además de un potente sistema portuario” que, afirma, necesita “rentabilizar las inversiones y optimizar su atractivo exterior”.

A continuación me gustaría aclarar una serie de cuestiones que vendría a contradecir, en primer lugar, el optimismo de Precedo a propósito de constituir la “ciudad ártabra” como polo económico en un contexto global, para posteriormente poner en tela de juicio la obligatoriedad de una región dada de constituir una gran ciudad como forma de ejercer de polo económico en un contexto de creciente globalización.

[1] “Fuertes vínculos funcionales de las comarcas que componen”. Precedo habla de unos supuestos vínculos funcionales en todas las comarcas que componen el área A Coruña. Es posible que esto se refiera exclusivamente a la existencia de vías de comunicación más o menos articuladas y a una suerte de especialización e interdependencia de todas las comarcas. Sin embargo, llama atención, en primer lugar, la precariedad de las comunicaciones en ferrocarril entre los dos grandes núcleos urbanos que la componen A Coruña y Ferrol, así como la absoluta inexistencia de tren en dirección a la comarca do Eume (As Pontes). Pero lo que de verdad hace pensar en que dichos vínculos son inexistentes es la escasez de especialización de las diferentes comarcas ya que en todas ellas se da el mismo sistema productivo, esto es, existencia de polígonos industriales y políticas de atracción de inversores. No existen, por el contrario, comarcas especializadas en el sector primario, turismo, naturaleza, etc. Por otro lado, el declive demográfico de toda esta área es evidente. Cuando los flujos migratorios son interiores, estos siempre van en una sola dirección, es decir, concentración en la ciudad de A Coruña y alrededores.

[2] “aporta casi la mitad del VAB de Galicia (47,9 %), y el 38 % del empleo”. No se está teniendo en cuenta que este alto porcentaje responde, entre otros factores, a la localización de grandes grupos empresariales energético, como es el caso de Arteixo, As Pontes, Cerceda, Cervo y As Somozos. Sin embargo, esto no es sinónimo de dinamismo económico ni mucho menos, se trata simplemente del valor añadido generado por la explotación de recursos naturales que en ningún caso encuentran su paragón en términos de empleo, como son la energía térmica en As Pontes y Cerceda, la hidráulica o la eólica fundamentalmente. La prueba está en que el porcentaje de empleo del área Coruña-Ferrol en el conjunto de Galicia es diez puntos inferior que el porcentaje del VAT. Tanto es así que, si tratásemos de medir cuál es el ayuntamiento con más PIB per cápita de Galicia, los resultados son verdaderamente llamativos. Ayuntamientos de zonas eminentemente rurales y en claro declive demográfico como Muras (Lugo) con 103.890 euros por cada una de las 790 personas que tiene como población, se sitúa en el primer puesto, seguido por otros como Carballeda de Valdeorras (100.717 euros por habitante); As Pontes de García Rodríguez (85.804 euros); San Cibrao das Viñas (78.376); As Somozas (67.683); Arteixo (65.574); Cerceda (64.988); Cervo (63.505); Rábade (48.275); y O Porriño (41.858).

[3] “Población que supera los 700.000 habitantes”. Sin embargo, existe otra zona de Galicia, como son las Rías Baixas, cuyo vínculo funcional es, al menos, equiparable, y cuyo número de habitantes se acera al millón o que sólo el área metropolitana de Vigo, sin duda el área más compacta de la región, se aproxime al medio millón de habitantes. A esto habría que añadir el hecho de que el área geográfica que abarca la Ciudad Ártabra es mucho mayor al incluir comarcas relativamente alejadas y cuyos vínculos no están del todo claro. Por si fuera poco, dos de las comarcas que la componen, como son Eume y Ortegal registran una de las mayores concentraciones de aldeas abandonadas, indicador este del marcado declive demográfico de la zona (Neira, 2014)

[4] “Y concentra importantes sedes corporativas, la principal concentración de empresas TIC y el mayor polo de producción energética de España”. Este, hecho, en comparación con el otro gran polo de la economía gallega, la zona sur alrededor de Vigo, podría ser cierto en la medida en que existen más sedes de empresas cuya origen se encuentra en la propia Comunidad Autónoma. Al contrario de lo que sucede en Vigo donde una sola empresa, extranjera, ejerce de gran motor económico de toda la zona. De cualquier forma, es importante tener en cuenta que muchas de esas empresas, primero, no tiene la sede central en Galicia sino sólo su actividad económico, a menudo relacionada con los recursos naturales, como son Repsol, Reganosa, Gas Natural-Fenosa, Endesa. Por lo tanto, más que hablar de “el mayor polo de producción energética de España” habria que hacerlo del “mayor polo de extracción de recursos naturales”. Por si fuera poco, los procesos de privatización y salida al mercado internacional de muchas de estas empresas, incluida la antigua caja de ahorros Abanca, hacen que existe una mayor incertidumbre ante los posibles cambios en la coyuntura internacional. Llama por último la atención como el autor no aporta ningún ejemplo de empresa TIC cuando habla de la “principal concentración” de este tipo de empresas o el hecho de que incluya entre las “importantes sedes corporativas” la de uno medio de comunicación escrita, el mismo en el que acostumbra publicar sus artículos.

[5] “Además de un potente sistema portuario”. Cuando el profesor Precedo habla de un pontente sistema portuario se refiere a la existencia de dos macro-puertos situados el uno del otro a 50 kilómetros por tierra y apenas a veinte por mar. Y cuya construcción es, posiblemente, el mejor ejemplo de cómo se ha manifestado la política del “ladrillo” durantes los años del boom que precedieron a la crisis. Política que en otros sitios ha resultado en aeropuertos u otras majestuosas infraestructuras en desuso. Al menos es el lo que se deduce de tres hechos. Primero, la localización del puerto exterior de A Coruña ha sido criticada en reiteradas ocasiones. El hecho de encontrarse en mar abierto ha supuesto todo un hándicap, hasta el punto de su uso podría verse restringido a determinados meses del año debido a factores meteorológicos. En segundo lugar, y relacionado con lo anterior, debido al sobrecoste de proyecto. El precio final de la dársena exterior de A Coruña será de 753 millones de euros, es decir, 270 millones más de lo previsto, sobre el 55% del presupuesto inicial. Por último, la cercanía de ambos puertos y su dudosa funcionalidad hace pensar que su construcción podía haberse debido a factores relacionados con una conocida cultura localista entre determinados sectores del espectro político.

Llama la atención la composición de la ciudad Ártabra propuesta. Esta incluye sólo municipios de la provincia de A Coruña. Las Comunidades Autónomas de España están divididas a su vez en provincias, una división creada en el siglo XIX como forma de organización administrativa inspirada en la figura de los departamentos franceses. Su creación, sin embargo, no se realizó en función de criterios socio-espaciales, es decir, atendiendo a las dinámicas sociales y económicas del territorio, sino simplemente territoriales, léase distancia máxima con relación a la capital provincial, entre otros. Son muchas las evidencias que sugieren que su creación no habría supuesto una reconfiguración de las dinámicas socio-espaciales, a menudo circunscritas a comarcas o subregiones. Llama la atención, como para establecer los límites de la ciudad ártabra por la zona oeste, sigue apoyándose en los límites provinciales, obviando así las dinámicas socioeconómicas compartidas con otros ayuntamientos del norte de la provincia de A Lugo, como Viveiro.

Una vez dicho esto, me gustaría aclarar que esta crítica no tiene por objetivo defender una alternativa a la Ciudad Ártabra y que podría localizarse perfectamente en el área sur de Galicia alrededor de la ciudad de Vigo. En otras palabras, este artículo no tiene por objetivo incentivar la de sobras conocida rivalidad Coruña-Vigo. Rivalidad que se manifiesta en muy diversos planos, tanto político como social y deportivo. Por el contrario, el presente artículo pretende poner en tela de juicio un modelo de territorio, el de “la gran ciudad”, que en lo que concierne a la Comunidad Autónoma de Galicia, sería de dudable aplicación. Lo sería en primer lugar porque el área A Corña-Ferrrol está muy lejos de ser un área con el suficiente dinamismo económico como para asumir el rol de “polo económico” a nivel internacional. Y sería de dudable aplicación porque, en el supuesto de que la administración autonómica (regional) optase de forma decidida por un proyecto de estas características, incurriría sin duda en un grave error de cohesión social. La existencia de dos polos económicos en la actualidad con un peso cuantitativo muy similar en el conjunto de Galicia (norte A Coruña-Sur Vigo) podría derivar en una no aceptación social en alguna de las partes y, en consecuencia, una mayor fragmentación socio-espacial. Este hecho, en un contexto de creciente globalización podría significar un paso atrás. En definitiva, plantearse cambios trascendentales en la ordenación del territorio podría ser necesario para hacer frente al declive demográfico y productivo al que se enfrenta Galicia. Sin embargo, hacerlo mediante un modelo del territorio centrípeto podría tener importantes consecuencias en términos de desigualdad territorial. Desigualdad que a su vez manifestarse en menores reservas de capital o cohesión social, así como una mayor desigualdad socioeconómicas de base territorial. En otras palabras, la existencia de un sistema urbano compuesto por hasta siete ciudades, el cual se ha ido configurando a la largo de las historia en base a la economía natural de Galicia, hace pensar que los cambios deberían apuntar hacia una mayor consolidación de un modelo policéntrico cuyas partes estarían a su vez articuladas en subsistemas urbanos correspondientes con las comarcas naturales de Galicia. Lo que se conoce como inside perspecive (Herrschel, 2014), una perspectiva que enfatiza la importancia de las redes locales, es decir, la interconexión entre los diferentes actores, pueblos y lugares en un territorio dado.

Este modelo podría perfectamente sustituir a un modelo dominante basado en la idea de una única pero grande ciudad o international perspective (Opt. Cit.). Así lo sugiere el hecho de que, por ejemplo, el policentrismo está siendo la estrategia recomendada por la Unión Europea para corregir los desequilibrios territoriales internos. Igualmente, regiones como el País Vasco, sin duda la más desarrollada del Estado español, así como países desarrollados de Europa como Suiza o Alemania; cuentan también con sistemas cuya estructura policéntrica está en base de importantes avances de tipo socioeconómico.

El artículo de Precedo, no obstante, sugiere cuál podría ser el problema y posiblemente la dirección en la que habría que trabajar, como es, la existencia de un sentido identitario complejo y difuso en el conjunto de Galicia. Lógico, por otro lado, si se piensa en el declive no sólo demográfico y económico de la región, sino también cultural, con la desaparición de elementos que la han vertebrado durante siglos como son la lengua o la existencia de una cultura milenaria compartida. Hechos todos ellos que nos recuerdan que, al final, todo cambio urbano u económico siempre debe ir acompañado de un cambio político y social. Dicho de otra forma, apostar por llevar a cabo cambios trascendentales en la forma de ordenar el territorio al margen de la dimensión social y política y adoptar así una visión más tecnocrática, podría tener consecuencias imprevisibles.

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