Me gustaría aquí hacer mención de este artículo de Manuel Delgado, un repaso sobre la literatura sociológica sobre los espacios públicos son experimentados por las mujeres y otros seres humanos inferiorizados. Me gustaría destacar el siguiente párrafo:

Paradójicamente, si se quiere, en la calle esa misma mujer que vemos invisibilizada como sujeto social sufre una hipervisibilización como objeto de la atención ajena. Las mujeres –o ciertas mujeres consideradas codiciables por los hombres– son constantemente víctimas de agresiones sexuales expresadas en sus niveles más elementales –el asalto con la mirada, la interpelación grosera bajo la forma de piropo. En la calle, más que en otros sitios, las mujeres pueden descubrir hasta qué punto es cierto lo que aprecia Pierre Bourdieu de que en La dominación masculina (Anagrama) son seres ante todo percibidos, puesto que existen fundamentalmente por y para la mirada de los demás lo que cabe colocar en la misma base de la inseguridad a que se las condena.

Esto me ha llevado a reflexionar sobre si la hipervisibilización a la que están sometidas las mujeres también es aplicable a otros seres humanos inferiorizados. En el caso de las mujeres, este hecho responde al concepto de domacion simbólica de Bourdieu. Pero eso también es aplicable a otros seres humanos como inmigrantes, en la medida en que las miradas, no obviamente grosera y mucho menos con piropos, pero si de desconfianza y rechazo, es una forma de colocarlos en una situacion de inseguridad y que en el fondo esconde las relaciones de fuerza que están debajo de la relación en la que se configura.